Por Carolina Ortiz y Marvin Sajquim
La delantera guatemalteca Ana Lucía Martínez luchó desde pequeña para romper los estereotipos en el deporte. Su familia fue el motor que la impulsó para salir del país y representar a Guatemala en los mejores equipos españoles de fútbol. Es la primera mujer guatemalteca en jugar profesionalmente en Europa.
¿A qué edad empezaste a practicar fútbol?
Desde muy pequeña, se percibían mis destrezas con el deporte. A los 3 años me compraron mis primeros zapatos de fútbol y me integré por primera vez en un equipo a los 9 años.
Desde pequeña has roto los estándares, fuiste la primera niña inscrita en el Complejo Deportivo del Campo Marte, ¿cómo fue esa experiencia?
Fue algo normal en el momento, porque yo solo quería jugar, pero ahora lo veo como algo importante. Desde pequeña empecé a abrirme camino y por supuesto, también a otras niñas. Ha sido importante como mujer cambiar el pensamiento de muchas personas que creen que el fútbol es solo para los hombres.
Sabemos que fuiste la protagonista de la película “Un día de sol”, ¿cómo fue tu experiencia?
Fue única y muy divertida. Jamás pensé grabar una película. Me encantó la historia, recibir clases de actuación y perder la vergüenza me hizo ganar seguridad y confianza.
¿Cómo ha sido el apoyo de tu familia respecto de tus proyectos y planes?
Ha sido fundamental desde pequeña, pues nunca me negaron las oportunidades. Posteriormente fueron los principales en apoyarme para salir de Guatemala.
Siendo un poco más específicos, ¿en cuántos equipos y ligas has participado?
He jugado en Guatemala con Unifut, luego estuve en Houston Dash en NWSL como jugadora de reserva, y en el Dinamo de Guadalajara. Posteriormente jugué en el Rayo Vallecano, Sporting de Huelva y en el Madrid CFF; también en la Segunda División de España. Actualmente estoy en Napoli Feminille, en la Serie A, italiana.
¿Cuáles son tus expectativas en este nuevo equipo?
Jugar la mayor cantidad de minutos, aprender y crecer como futbolista; además que el equipo quede lo mejor posicionado posible.
Después de jugar en diferentes equipos extranjeros, ¿te sigues enfrentando a nuevos retos?
Sí, creo que cada temporada es diferente porque siempre pasan cosas inesperadas. Este año decidí un cambio después de seis años en España, me gusta retarme y aprender; también es un reto estudiar y ser futbolista, pero lo disfruto.
Cuéntanos de tu participación en la conferencia de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
La AFE busca que como mujeres tengamos, como mínimo, ciertas condiciones en temas de contratos para poder jugar. España ha demostrado que cuando las cosas se quieren cambiar y mejorar, se puede hacer.
¿Qué se siente saber que eres la primera mujer guatemalteca en jugar en Europa?
Para mí es un orgullo el poder abrir camino a más mujeres y demostrar el talento que hay en Guatemala. Es importante que las niñas y niños de nuestro país sepan que los sueños se pueden hacer realidad, sin importar las circunstancias.
¿Cuál es tu opinión acerca del fútbol guatemalteco femenino?
El fútbol femenino en Guatemala aún tiene mucho camino por recorrer, pero cada año está mejorando la situación, por eso es necesario que las futbolistas tengan espacios y condiciones para entrenar y jugar. Es importante que se invierta en el fútbol femenino para que crezca y compita con otros países que lo están haciendo.
¿Qué opinas sobre la violencia contra las mujeres y la falta de oportunidades en el deporte en Guatemala?
Cada vez que veo casos de violencia me duele, pienso que las víctimas no están protegidas en el país. En el deporte se necesitan más oportunidades, son espacios saludables para el desarrollo de la juventud.
¿Qué crees que genera la desigualdad de género y la falta de condiciones mínimas para las mujeres guatemaltecas?
Es que aún se piensa que las mujeres no somos capaces de sobresalir en áreas científicas, arte, política y deporte; muchas veces intentan frenarnos. Se debe cambiar la mentalidad en la sociedad, que tanto hombres como mujeres seamos conscientes.
Conociste los movimientos feministas por tu madre, ¿cómo influyó esto en tu vida?
Mi madre ha sido una influencia total en movimientos que luchan por la igualdad y equidad de género; me hizo ver un mundo lleno de injusticias en el que yo podía hacer un cambio. crecer en un hogar así me abrió la oportunidad a mí y a mis hermanos de desenvolvernos en cualquier área.
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