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Artesanía guatemalteca: Juventud, emprendimiento y arte milenario

Actualizado: 20 sept 2019


Diversas artesanías adornaban los stands presentados en la actividad. Foto: Alejandro Estacuy

Por Alejandro Estacuy


El sábado 31 de agosto se realizó el cierre del 22 Festival del Centro Histórico con una demostración artesanal por parte del departamento de Artesanías y Artes Populares del Ministerio de Cultura y Deportes, MCD, en la 8 calle y 7 avenida, frente al Portal del comercio.


Variedad de artesanías en forma y color adornaron los puestos apoyados por el equipo del festival. Alrededor de 10 stands fueron instalados bajo los toldos que resguardaban del sol. Berta Griselda Juárez, proveniente de Rabinal, Baja Verapaz, comentó sobre su arte y raíces.


“Nuestra materia prima es el fruto del cedro de Morro, hay diferentes estilos los cuales tienen sus propias técnicas de trabajo” indicó Juárez. Cada obra es un trabajo natural y milenario, el cual implica procesos laboriosos y de sumo cuidado para lograr un resultado impecable en cada artesanía.


Cuchillas otobash, utilizadas en diferentes técnicas. Foto: Alejandro Estacuy

Para fabricar una pieza es necesario un estimado de 8 a 10 días de trabajo. La parte más minuciosa de la elaboración es el labrado y el posterior decorado de cada pieza, llavero, chinchin y alcancilla los cuales conllevan diferentes procesos donde se utilizan una variedad de herramientas y materiales.


El labrado y tallado se realizan con cuchillas Otobash las cuales obtienen su nombre del idioma Achí. Los pinceles que se utilizan en la decoración son hechos a base de algodón refinado, ya que fija la pintura de una mejor manera al fruto de cedro de morro.


En chinchines y llaveros es utilizada pintura que adquieren en ferreterías, de donde adquieren los colores que dan vida a los diferentes productos. La base negra o color único que adquieren los alcancillas proviene del hollín de ocote y el polvo del humo de ocote, posteriormente es reforzada con pintura natural hecha con Nij o cochinillas cultivadas y tratadas en la comunidad artesanal.


Berta Griselda Juárez conserva una tradición milenaria transmitida de generación en generación. Foto: Alejandro Estacuy

“Yo nací en el arte, este trabajo es milenario”, comentó la artesana. Su abuelo vivió 102 años y a lo largo de toda su vida se dedicó a las artesanías. Compartió sus conocimientos y experiencia a sus descendientes. Berta continúa con esta tradición y transmite sus ideas a través de sus obras que permanecen en venta para el público en general.


Ingrid Putzay fundadora de la tienda Xul en Patzul, Chimaltenango. Apoya emprendedores de su municipio en la busca de comercializar sus productos a nivel departamental.


Cada producto de la tienda Xul va acompañado de una pequeña tarjeta. Foto: Alejandro Estacuy

Bisutería, aretes pintados artesanalmente, portavasos entre otras artesanias son algunos de los productos presentados en su stand el cual a pesar de la leve llovizna que se presentó, continuo siendo visitado por los peatones curiosos que se acercaban a la actividad.


“Me gusta elaborar mis propios collares, empecé a venderlos afuera de mi casa y me di cuenta que a la gente les gustaba” Ingrid comentó. Durante dos años han servido a emprendedores y personas de su municipio lo cual les ha generado una buena reputación y agradecimiento por parte de quienes han colaborado con ellas.


Pueden visitar su tienda en Patzul, Chimaltenango o buscarla en Facebook e Instagram como Xul Tienda. Ingrid terminó comentando su participación en Agrovisión el próximo 4, 5 y 6 de septiembre en el Parque de la Industria.



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