Por Samuel Ortiz
Nuestro país está lleno de talento, un país lleno de personas con sueños, anhelos y deseos de superación. Personas con historias fantásticas que han llevado alto el nombre de Guatemala haciendo lo que les gusta, y este caso, no es la excepción.
El guatemalteco trovador, trotamundos, "serenatero" de oficio, Ishto Jueves, inició su carrera musical cantando en autobuses y mercados de Latinoamérica, posteriormente en restaurantes, llegando a compartir escenario con Natalia Lafourcade y Café Tacuba.
Nacido en el seno de una familia de personas con anhelos de arte, lo cual le abría las puertas a sus 15 años para experimentar sin que sus padres lo impidieran sus aspiraciones. “Para mí había un terreno fértil, vivía en un hogar en el que se apreciaba la música, y se apreciaba la pintura”, comentó.
A los 15 años, tuvo la oportunidad de reunirse con personas con gustos similares en un café. Era un punto de encuentro para ‘la generación post guerra’, donde junto a personas de su edad pudo coincidir con personas de edad superior a él, como lo son Giovanni Pinzón, cantante guatemalteco, vocalista de Bohemia Suburbana; Lucía Escobar, periodista guatemalteca; Cecilia Dougherty, actriz, directora de artes escénicas y bailarina de renombre, entre otras personalidades del país.
Esa reunión dio pie a vivir de una comunidad artística sin miedos de la represión que el Estado representaba años antes por pensar diferente. “Eso para mí fue un semillero, poder conocer personas que daban, siguen dando la vida por hacer su arte y hacer su expresión, eso a mí me marcó la vida”, expresó.
Ingresó a la Universidad Rafael Landivar para estudiar diseño gráfico con una beca que le fue otorgada. Trabajó por un tiempo y a sus 22 años decidió viajar como “mochilero”. Al cabo de un tiempo, durante su viaje, se quedó sin dinero de los ahorros que llevaba, lo que lo llevó a cantar en la calle para obtener dinero, con lo que se dio cuenta que podía vivir de eso. “Desde entonces han pasado ya 17 años, mi trabajo ha sido aprender a profesionalizar lo que hago”, enfatizó.
Ha recorrido la mayoría de países del continente americano y algunos países de Europa. Su interés por viajar inició al conversar con amigos que ya habían viajado por varios países de Sudamérica y por haber convivido con algunos viajeros y ‘mochileros’ en nuestro país.
“Por Guatemala pasan muchos viajeros que van con la mochila, si tú estás poniendo atención los ves, si tú estás en tu mundo y no estás prestando atención a tu alrededor no los ves y nunca te enteras”, expresó.
Vivió durante 4 años en Europa, específicamente en Dinamarca, donde se dedicó a dar clases de español, guitarra, daba masajes, organizaba fiestas y también cantaba en la calle. “Yo era un fantasma en una sociedad donde no había un solo inmigrante, para estados unidos hay millones de migrantes, para Dinamarca no los hay casi, yo llego ahí y trato de adaptarme”, comentó.
Para Ishto, tener que cantar en la calle fue complicado, por tener que abordar personas que no precisamente querían escucharlo y además de ello pedir dinero. Menciona también que para él era un tema de dignidad al sentir que pedía limosna, pero cambió al comprender que las personas, aunque no esperaban un show, hacía más ameno su trayecto en el transporte.
“Terminé concluyendo que hacer música es un servicio y pasé a sentir que no pedía limosna si no que regalaba mi música, mis palabras, mi contenido y que yo obtenía un beneficio, aseguró.
Durante su vida ha realizado varias actividades artísticas, entre las que cabe mencionar, malabares, artesanías, presentaciones en semáforos, presentaciones en circos, trabajó como payaso, decidiéndose al final por la música, que es lo que menciona que realmente le gusta.
“Es el proceso del autodescubrimiento lo que te da la convicción de dedicarte a algo que no está socialmente validado, porque ni aquí ni en la china las personas te van a decir que podrás vivir del arte, aunque hay sociedades que tienen mejores plataformas para apoyar a sus artistas”, indicó .
“He grabado como seis veces, pero solo tres he presentado porque las demás no tienen una calidad profesional. Son canciones que sigo cantando y tengo registradas, son como 60 canciones”, comentó sobre las tres producciones discográficas que ha lanzado hasta el momento, Chapuz Chapín (2013), Ele Migrante (2014) y La Fortuna y Sus Lados (2016).
Respecto a sus letras y lo que quiere expresar con cada canción comenta que se siente en la necesidad y la obligación de hablar de la realidad y no repetir formulas románticas. “Considero un poco egoísta hablar solo de mi historia personal porque mi visión de hacer música es hablar más de lo que sucede en el mundo, yo soy el mundo, yo no me separo a mí de la realidad”, señaló.
Ishto Juevez ha presentado recientemente varios sencillos musicales los cuales son ‘Paraíso Roto’, ‘Río’ y ‘More Amor’, los cuales se encuentran en las plataformas musicales y forman parte de un disco que presentará en marzo del próximo año.
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