Por Angel Santizo
Con el fin de agilizar el tránsito vehicular en ese departamento, el pasado 12 de abril se habilitó el trayecto de 14 kilómetros de carretera, que inicia en el municipio de El Tejar, Chimaltenango, kilómetro 48 y llega hasta el municipio de Zaragoza en el kilómetro 62, el tramo cuenta con 4 y 6 carriles en algunas partes.
El Proyecto se llevó a cabo bajo la supervisión de la Dirección General de Caminos y la Constructora Nacional, S.A. Conasa. Algunos de los beneficios que tendría la carretera era una mayor seguridad vial, reducción de costos de operación vehicular, beneficio en comercio y ahorro en tiempo de viaje. Estimaban que 6 mil personas serían beneficiadas, especialmente los habitantes de los departamentos de Totonicapán, Quiché, San Marcos y Sololá, por mencionar algunos.
A pocos días que se habilitará el paso, el libramiento ya presentaba daños, había taludes deteriorados e inundaciones en tramos de la carretera. Según la empresa encargada de la obra, los problemas se dieron por culpa de material y sedimento que tapó la cuneta. Varios ingenieros indicaron que debido al ángulo de corte de los taludes que son muy verticales, se darían más deslizamientos y que tenían que colocar un recubrimiento con concreto lanzado a lo largo de los grandes cortes de tierra.
El 8 de mayo se inundó el paso vehicular debido a la lluvia registradas y 13 de septiembre cayó una enorme roca sobre un picop que transitaba en el lugar, donde afortunadamente no se reportaron heridos.
El problema de los taludes
El pasado fin de semana se registraron otros derrumbes que obligó a que el libramiento funcionará con tres carriles, donde estipulan que uno de los tres carriles de oriente a occidente será usado como reversible para quienes viajen a la capital. En el bordillo central se colocará una valla para que desprendimientos que ocurran caigan en los dos cerrados.
“Por las características de la litología del área fácilmente es erosionable y susceptible a movimientos de masa, y que las altas pendientes de los taludes y el deficiente sistema de drenajes en la base de los mismos, los cuales no están adecuados a las propiedades mecánicas de los materiales y hace que sobrepase el ángulo de reposo causando una inestabilidad de la ladera”, comentó Carlos Manuel Caal de la Cruz, Ingeniero del Departamento de Monitoreo y Análisis de Riesgo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, Conred, sobre el análisis de los derrumbes.
Para finalizar, esperan que la reapertura del libramiento sea el 5 de octubre, pero aún no está confirmado. Los trabajos de reconstrucción de los taludes serán en el kilómetro 61, en donde en lugar de tener un ángulo de 56 grados como están en la actualidad, se colocarán de 45 grados.
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