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Suicidio: Niñas, niños y adolescentes no son la excepción


El suicidio es el acto de quitarse la vida, y en Guatemala aún no se tipifica como causa de muerte. Foto: Alejandro Estacuy

Por María Jossé España

“Cada 40 segundos alguien se suicida”, señaló Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud, OMS. La organización define el suicidio como “el acto deliberado de quitarse la vida”. Cada año se suicidan 800 mil personas y el 79% de los mismos se producen en países de ingresos bajos. Además, indica que los métodos más comunes son la ingesta de plaguicidas, armas de fuego y ahorcamiento.

Según el psiquiatra Hernán Ortiz, miembro de la Asociación Latinoamericana de Psiquiatría y director del capítulo suicidio de la Asociación Psiquiátrica de Guatemala, el suicidio es policausal o poligénetico, es decir, influyen factores de relación, hereditarios, genéticos, familiares, ambientales y cambios de estructuras celulares a nivel cerebral. “Hay gente que tiene cuatro condiciones importantes: desesperanza, aislamiento, impulsividad y agresividad”, indicó.

De acuerdo al artículo “Prevención del Suicidio: recurso para consejeros” de la OMS, el 30% de las personas que se han quitado la vida tenían un trastorno mental, mientras que, un 60% de ellas estaba deprimida. La depresión se caracteriza por, según la OMS, la perdida de interés o placer, sentimientos de culpa, trastornos de sueño o apetito, sensación de cansancio, falta de concentración y presencia de tristeza.

En Guatemala, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, INACIF, carece de la tipificación de suicidio como causa de muerte, sin embargo, se registran casos de asfixia por suspensión (ahorcadura) en el rango de 10 a 35 años de edad. En el 2018, registró 486 muertes por ahorcamiento, y 208 por exposición e/o ingesta de plaguicidas.

De enero a agosto del año en curso han registrado 372 muertes por ahorcamiento de los cuales 98 han sido de jóvenes de 10 a 19 años. Además, de las necropsias realizadas en las sedes periciales de INACIF, se reportaron 149 muertos por intoxicación causada por exposición e/o ingesta de plaguicidas. El 27% corresponde a niños y adolescentes entre las edades de 10 a 19 años.

Las niñas, niños y adolescentes no son la excepción

De acuerdo al décimo boletín de análisis del Observatorio de los Derechos de la Niñez, ODN, de la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez, CIPRODENI, las muertes por ahorcadura son la segunda causa de muertes violentas de niñas, niños y adolescentes.



En enero, la Policía Nacional Civil, PNC, encontró el cuerpo de una niña de 12 sujeto a un lazo en la viga de su hogar ubicado en El Chico, Zacapa. Sin embargo, los padres indicaron que su hija no presentaba ninguna señal de depresión. Así también, en febrero, en Nahualá, Sololá, el cadáver de Manuel Sergio Ixmatá, de 9 años, fue descubierto colgado de una viga de su habitación.

Ortiz aseguró que existe la posibilidad de que los niños tengan el deseo de quitarse la vida. “Aunque la literatura refiera que los niños no tengan consciencia, nosotros (psiquiatras), cada vez más estamos tratando niños de 5 años que tienen intentos de suspensión”, indicó. Así mismo, señaló que en el informe “Recurrencia de bullying en el sistema educativo” de la Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa, DIGEDUCA, se registra que existe un porcentaje elevado de bullying en primaria y secundaria. “El 1% de los niños y adolescentes termina en suicidio”, afirmó.

Según Berena Bran, psicóloga clínica con amplia trayectoria en terapia de infantes, los niños forman su carácter y personalidad de 0 a 7 años, por lo tanto, la muerte autoprovocada es un tema exploratorio para ellos. Aseguró que hay niños que viven en condiciones deplorables, donde se sienten culpables de situaciones familiares como un divorcio.

Mirna Urizar, en su tesis de grado “El suicidio en menores de edad en la Ciudad de Guatemala desde el punto de vista médico y legal” de la Facultad de Ciencias Jurídicas, indica que las causas del suicidio en niñas, niños y adolescentes son:

  • Maltrato infantil.

  • Violencia intrafamiliar.

  • Desintegración familiar.

  • Abandono de padres.

  • Baja autoestima.

  • Decepciones por afecciones físicas.

  • Bajo rendimiento escolar.

  • Factores sociales, políticos y religiosos.

  • Maras.

  • Violación sexual.

Para este último, la sede en Guatemala de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, publicó la investigación “Vidas silenciadas: una tragedia de la que no se habla”, en el que vincula el suicidio y el embarazo de adolescentes. Indica que el riesgo físico, psicológico y social aumenta bajo la circunstancia de ser una adolescente embarazada que vive en condiciones de pobreza, bajo violencia de género y falta de educación sexual.



El Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva, OSAR, tiene casos registrados de suicidios por embarazo en Jalapa, Chiquimula y Quetzaltenango. El repunte de suicidios se da en Jutiapa, donde la tendencia es la utilización de un insecticida para combatir gorgojos en el maíz y frijol denominada "pastilla del amor" , indica la Organización Panamericana de la Salud, OPS.

Informar par prevenir

“No hay presupuesto para la salud mental, precisamente porque lo toman como tabú y no como algo serio”, señaló Karen Hastedt, directora y fundadora de la Asociación Ama Vida, que se dedica a la educación y prevención del suicidio. Tienen un grupo de sobrevivientes de suicidio, es decir, los amigos y familiares de la persona que se quitó la vida.

Por su parte, Ortiz indicó que los guatemaltecos no atienden a la salud mental como algo primordial por la ignorancia, donde repercuten la pobre educación mental, mitos, y creencias populares. “Todavía seguimos como país tratando diarrea y desnutrición. Se debería impartir educación en salud, que se llama psicoeducación”, expuso.

No obstante, existen profesionales en salud mental que trabajan en la prevención del suicidio y atención a posible suicidas. La línea de prevención del suicidio en Guatemala cuenta con voluntarios que reciben entrenamiento para atender a la persona en crisis.

“Tratamos de establecer un vínculo humano con la persona y damos los primeros auxilios psicológicos. Escuchamos lo que les está pasando. Para luego llegar a un convenio y seguimiento con esta persona”, indicó el experto. Los profesionales le indican a la persona a donde pueden dirigirse, ya sea instituciones públicas o privadas. El número de la línea de prevención de suicidio es el 5392-5953, en el que se reciben llamadas y mensajes de Whatsapp.

Pero para niños y adolescentes, es necesario que los padres de familia estén atentos a cambios de conducta, informarse y entender que la salud mental es primordial en la vida de sus hijos.

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