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Dina Ramírez: "Transmitir sentimientos por medio de las notas musicales"


Dina Ramírez, saxofonista guatemalteca. Via Instagram.

Por Angel Santizo


Dina María Ramírez Hernández, artista guatemalteca que destaca en el género musical Jazz, nos comparte en la siguiente entrevista sus inicios en la música. Así mismo, la creación de sus dos álbumes de estudio con el reciente lanzamiento: 1715; y sus experiencias en la escena artística en Guatemala.


¿Cómo inicias en el mundo musical?

Todo empezó en el coro de la iglesia. Después en la banda de la iglesia. Salimos de allí y se convirtió en De la Rut. Ahí empecé hace 7 años a tocar guitarra. Al terminar básicos estudié magisterio en educación musical y me dediqué a estudiar solo eso.


En el ámbito musical, para ti, ¿cómo ha sido este año con el lanzamiento del álbum 1715?

Bastante corrido, lleva mucho tiempo planificar una gira. Al lanzar algo debe haber una preparación, desde el segundo mes del año empecé a mandar correos y asistir a reuniones. Planificar lleva mucho trabajo, quise esperar hasta agosto para lanzarlo porque es año electoral, entonces afecta a todo el comercio en general.


Cuéntame cómo fue el proceso de creación del álbum 1715.

Empezó en julio del año pasado después de grabar mi primer disco: Conde Daniel. Lo grabé en octubre del 2018. El proceso es diario, dentro de mi práctica incluyo horas para componer. El Jazz es muy técnico, hay herramientas que si las sabes utilizar, es más fácil el proceso de crear. Si te inspiras en ciertas cosas que pueden suceder, pero si quieres que suene a jazz tiene que ser muy técnico.


¿Por qué se llama 1715?

Utilicé las bases armónicas como fechas. En la música hay grados que se representan con números romanos, en lugar de colocarlos los puse en números normales. Todos los nombres que aparecen en el disco forman parte de la armonía que está pasando en la música.


¿Cómo es el momento de grabación en el set?

Es un momento de concentración, hay buenos artistas, pero yo veo la calidad como personas. Si la persona tiene acciones malas o incomodas fuera de un concierto, por más que bueno que sea el músico, yo descarto trabajar con él, porque eso te afecta a ti y a tu música. Así también cómo vas a tocar ese día. Trato de que los músicos que trabajen conmigo estén cómodos y que yo esté cómoda, porque eso influye en lo que va a sonar.


La música es un sentimiento y se nota. Busco que sea una relación saludable. Me gusta mucho el último disco porque lo grabamos en tres horas. Ya lo habíamos ensayado y los músicos que acompañaron son excelentes.


Martínez durante una entrevista con Prensa Libre.

¿Cuál de los dos proyectos te ha llevado más trabajo, Conde Daniel o 1715?

Fue 1715, lo hice en una época donde hice solo los acordes, si algo no me gustaba lo corregía, luego empecé con las melodías. Si algo me había tomado tres horas pero si no me gustaba, no lo ponía. Ese proceso me tomó como 4 meses. Mientras con Conde Daniel fue en 2 meses, y la postproducción de un concierto. Mientras que 1715 me llevó a una gira, a una producción de discos mucho más elaborada. Pasé de la línea grafica a vídeos. Hubo más trabajo.


Con el jazz hay un tiempo de 10 años para que puedas tocar este género, empecé a los 24 para que a los 34 ya tenga una preparación. No gasto mi tiempo en otras cosas, si esto me gusta ¿por qué esperar?


Puedes decirme tu experiencia de viajar a otros países por la música. ¿La gente te recibe mejor en Guatemala o en otros países?

Fui al festival del saxofón en Honduras, donde compartir con saxofonistas de otros países fue enriquecedor. Y este 10 de octubre me voy a México.


La música es ese lenguaje que todos tenemos en común, si vas a ver a tal artista es porque te gusta ese género y siempre vas a dar una buena respuesta. Hasta ahora no he visto tanta diferencia. La respuesta fue mucho mayor cuando toqué en Guatemala, pero es porque te conocen. Hay que tomar en cuenta que vas por primera vez, pero eso no significa que te menosprecien.


Respecto al viaje de México, ¿a qué iras?

Iré al encuentro nacional de saxofón de la UNAM. Logré contactar a varios músicos que me acompañaran en algunos conciertos, llego el 10, y el 11 tocamos en la colonia Roma. El 12 en Cuernavaca y el 15 es la presentación en el encuentro. Me quedaré allí para no perderme las clases que darán. Regreso a Guatemala la siguiente semana, me sigo preparando y termino la gira en noviembre.


¿Cómo fue tu experiencia en el festival que se realizó en El Paso, Texas, donde acompañaste a Rebeca Lane?

Conocí a Rebeca este año. Básico (un productor musical) me escribió y me comentó que Rebeca quería incluir instrumentos en su set y me preguntó si tenía la disponibilidad de ir.

Nos reunimos, compartimos ideas para el show y se dio la oportunidad. Me comentó que quería hacer algo diferente, y que era algo relacionado con los inmigrantes de El Paso. Coincidimos en fechas, en ese momento estaba en medio de la gira, pero se logró coordinar. Fue una experiencia que, aparte de lo musical, también te enriquece como persona, al ver lo que está pasando en otros lugares.


Dina junto a Rebeca Lane en la presentación que tuvieron en El Paso, Texas.

¿Cómo defines tu música y qué intentas transmitir a la gente con ella?

Libre, que puedas interpretarlo como quieras, siempre y cuando te transmita algo. Hago Hard Bop, que es un subgénero del jazz, no es un sentimiento en específico, no pienso en hacer canciones tristes o alegres, simplemente la música pasa.


Siempre se puede interpretar una canción dependiendo el estado de ánimo. En mi caso no tengo la herramienta de palabras para decirte lo que está pasando, solo lo puedo transmitir por medio de una melodía. Si quiero transmitir varias cosas por medio de eso, se basa en sentimiento. Hay un tema en el segundo disco que se llama 1993, que es una balada en homenaje a la vida, trato que la gente piense en eso mientras la escucha, aunque no todos lo captaran de esa manera, la idea está ahí. Trato de transmitir ciertos sentimientos por medio de las notas musicales.


¿Cómo te describes como persona?

Tengo disciplina, he sido autodidacta, no he estudiado algo formal de jazz en Guatemala. Estudiar 8 horas al día, porque esto es mi trabajo, me ha cambiado desde hace tres años. Soy una persona que no tiene miedo, porque me pregunto ¿Por qué no puedo hacer una gira? Si se trata de la primera vez que saldré del país por algo musical.


Si uno se queda en su zona de confort uno no va a crecer. Sobre el viaje a Honduras, lo primero que me dijeron fue: "Que miedo irte 11 horas en bus". Si yo hubiera tenido miedo en ese aspecto no hubiera pasado lo que viví. No hay que tenerle miedo a la vida, solo precaución.


¿Cuál ha sido tu mejor experiencia gracias a la música?

Ese microsegundo antes de tocar, cuando piensas en el primer tema, después de tanta planificación, horas de viajes, ensayos y dices: “Estoy aquí”. Se repite muchas veces, pero ese microsegundo antes de empezar a tocar es de las mejores sensaciones.


¿Cuáles son los artistas con los que quisieras trabajar?

Hay muchos en la lista, pero si pudiera elegir a uno sería a un trompetista de Los Ángeles que hace Bebop (un estilo del jazz). Todo lo que toca, aparte de difícil es muy técnico, de la generación de artistas que están surgiendo es él con quién digo que de alguna forma va a llegar una colaboración.


¿Quisieras incursionar en otro género musical o seguirás en la misma línea del jazz?

No, ahorita sigo en el jazz, aún estoy nadando en aprender. El próximo paso que quiero dar es en la composición orquestal, ya es más académico, pero me interesaría llegar a eso en un futuro, pero por ahora como saxofonista solo jazz.


¿A parte del jazz, a que otra cosa te dedicas actualmente?

Ahorita solo al jazz. Aunque acá no todo el tiempo se puede trabajar con la música. En el caso del 80% de músicos que nos dedicamos a esto, tenemos que dar conciertos, pero como música de fondo, la gente no te va a ver. Hay que trabajar de eso porque hay que comer y pagar cosas. Pero la ventaja es que sigue siendo música que te gusta y te están pagando por eso.


Dina durante la entrevista que el equipo de Sinapsis realizó.

¿Cómo ves la escena musical en Guatemala?

Hay cosas que aún no están instituidas para los músicos. Hablo de regalías que tengan que ver con tecnología en la música. La mayoría de los artistas en otros países ganan mucho a raíz de eso, y no solo de conciertos. En cambio, acá solo se vive de conciertos y no es el chiste, porque de repente tienes 10 conciertos en un mes y solo 3 en el siguiente.


Hace falta dar ese paso de separar los pasatiempos a tomarlo como un trabajo, y como es mi trabajo voy a ser responsable, no ir a un concierto solo a ponerme ebrio y querer ser popular, sino que voy a trabajar y tocar mi música.


Hay quienes cobran una miseria por un trabajo, pero no viven de esto, entonces cuando quieren cobrar para vivir de esto no los van a remunerar de la misma manera. Hace falta esa división de tomar las cosas enserio.


Una de las formas de que esto crezca es ir a conciertos, comprar discos, escuchar la música por plataformas digitales. Que la gente pueda grabar su música, que se pueda comprar algo que te sirva como músico. Y algo muy importante, que existan lugares que no sean bares donde te puedan ir a escuchar, porque normalmente hay licor de por medio y es donde se pierde el interés.


Sobre la conferencia que darás el próximo 8 de octubre, ¿qué encontrará la gente que asista?

Será una guía de poder decir: “Nadie nace sabiéndolo todo”. Quiero ayudar a que la gente sepa lo que es el jazz, que entiendan lo que estoy diciendo. Está bien tener dudas, mucha gente le tiene miedo al género porque no lo entiende, pero tienes que saber que es música.


Lo que ofrezco en esa conferencia es que logren apreciar este género, que logren identificarlo. Hablaré sobre inicios del jazz, las divisiones que existen y así puedan escuchar más, porque tal vez te llame la atención, pero no sabes cómo buscar lo que te gusta.

Foto de la conferencia


¿Algún proyecto a corto plazo?

Terminar la gira y concluir las presentaciones. Espero lograr una colaboración con un músico internacional en el tercer disco, pero aún pienso que debo avanzar más en mi forma de tocar. Estoy tomándome el resto del año para componer, aprender y estudiar, así tener un mejor nivel para grabar el otro año el tercer disco. Además, espero vivir completamente de esto.


Para finalizar, ¿qué le puedes decir a esas personas que quieren iniciar en el jazz?

Que quiten los prejuicios. El que quiere, aprenderá. Si te gusta encontrarás la forma de hacer las cosas. A mí me paso, yo no sabía lo que significaba improvisar hasta hace año y medio, solo lo hacía porque sonaba bien. Si buscas las herramientas y tienes ganas de aprender siempre lo lograrás. Si les gusta el jazz, busquen, hay muchos videos y blogs donde te explican lo qué es. Siempre está esa semillita de querer aprender más.


El taller y concierto de jazz que dará el próximo 8 de octubre.

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